miércoles, 6 de abril de 2011

MAY THEY RESTE IN PEACE

En la sección de usados de su librería fetiche, Pafuncia encuentra un libro de tapas duras con fotos de colores y frases acordes al título anticipado: "Gracias a Dios por mis amigos". En la primera página, una dedicatoria:
"Morón, 20 de julio 1998. Querido Jorgito: Feliz día del amigo. Te quiero mucho..Tu amiga Silvia". Trece años más tarde, Pafuncia es testigo de la traición de Jorgito hacia la persona que le brindó su noble amistad: el muy puerco revendió el libro. A lo mejor se pelearon. O, tal vez (¿por qué no?), a Jorgito no le gustó el regalo y, como andaba corto de plata, lo vendió. Quizás fue la esposa de Jorgito (María Teresa) la que encontró el libro en un viejo baúl y, creyendo leer algo más que una simple amistad entre las líneas de la dedicatoria anteriormente mencionadas, le hizo una escena de celos que culminó con el revoleo violento de los bártulos de su amado. Y allí fue todo, escaleras abajo en ese viejo departamento del barrio de Belgrano. En ese caso, uno que pasaba ese día caminando por ahí (un tal José) habría agarrado lo que encontró tirado en el suelo y, luego de revisarlo minuciosamente y de realizar una exhaustiva selección, habría terminado quedándose con la pipa, el traje sastre, la boina militar y los discos de vinilo, y deshaciéndose del libro sobre la amistad y de los dos ejemplares viejos de El Gráfico del pobre Jorgito. O a lo mejor murió. En ese caso, ni Jorgito ni José habrían sido responsables de la realización de la reventa. Sí, seguro que murió y que, María Teresa, sofocada por la angustia que la pérdida de su amor le provocó , se deshizo de todas las pertenencias de su amado y, acto seguido, se suicidó. Pobre Jorgito. Y pobre María Teresa.
May they reste in peace.

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