martes, 12 de abril de 2011

AHOGARSE EN UN VASO DE AGUA

Hoy a la mañana me ahogué (literalmente me ahogué) en un vaso de agua o, mejor dicho, CON un vaso de agua (o, aún mejor, con el agua que estaba adentro del vaso). Estaba en la oficina, sentada en mi puesto de trabajo con los ojos fijos en la pantalla del ordenador y, de tanto en tanto, me enfilaba un sorbo de agua a la boca, no porque tuviera necesariamente algún tipo de sed que saciar sino más bien para romper con la rutina; así alternaba yo entre el tipeo de teclas y el relojeo de páginas en el monitor. No podría decir muy bien cómo pasó pero, en un momento determinado, mi glotis quedó cerrada. Tenía una especie de cascada de agua bloqueando mi garganta. Me paré, llevé mis manos hacia el cuello (¿por qué será que, en casos así, uno siempre termina repitiendo un movimiento tan inútil?) y empecé a caminar en círculo y a realizar movimientos espasmódicos acompañados de sonidos guturales. Finalmente logré hacer pasar el aire y, entonces, empecé a toser; tosí mucho y después quedé paralizada, de pie, con el torso inclinado hacia abajo y las manos todavía sujetando mi garganta. Para este momento (para el momento en que volví a tomar consciencia de mi entorno), la mayoría de mis colegas estaban parados alrededor mío, formando una especie de semicírculo y formulando todo tipo de preguntas para tratar de averiguar qué era lo que me había ocurrido y, eventualmente, saber si ya me sentía bien. Lo que me había ocurrido era, por demás, algo muy pavo: me había ahogado con un sorbo de agua. Tratando de minimizar el asunto, y de hacer que cada gallina volviera a su gallinero no pude menos que asentir con la cabeza, sonreír, y, sin dar demasiadas explicaciones al caso, volver a mi asiento lo más rápidamente posible sabiendo que, indefectiblemente, había perdido para siempre todo tipo de  dignidad ante mis compañeros de trabajo; digo, si es que todavía me quedaba alguna.

2 comentarios:

Rogelia dijo...

Yo si me preocupé, tire los anteojos por el aire para apkicarte una heimlich.
Una vez que te incorporaste, volvi a mi silla como si nada. Soy buena o qué?

Pafuncia González dijo...

Rogelia !! En serio tiraste los anteojs por el aire para aplicarme una Heimlich ?? Menos mal que no lo hiciste porque los hubiera mojado a todos; hubiera quedado tipo salmón de fuente, de esos que tienen la trucha para arriba y escupen el chorrito... Sos buena, sos buena, cómo que no...Prometo beber con moderación, o no beber más. Moriré deshidratada, en una versión mucho más lenta y discreta que la que propone el abandono del mundo por asfixia repentina, ante un aplauso cerrado del público presente.