martes, 1 de marzo de 2011

CALEIDOSCOPIO MENTAL

En cierta manera, la mente funciona como una especie de caleidoscopio. En lugar de colores y formas, son las ideas las que se van removiendo de un lado a otro del cerebro según la manera en que vayamos apoyando la cabeza sobre la almohada. Y así, vamos de una imagen a otra, saltando de una a otra asociación. Del caballito de mar a la fiesta de quince; del oso polar a la mantita blanca de nuestro hermano Gaspar, de la tormenta tropical a la esquirla de ovejas en la Patagonia...Y así, de estar despiertos nos vamos perdiendo en el estado de vigilia hasta que, por fin, saltamos al sueño y ya no despertamos más. Por lo menos, no hasta que el caballo de mar se nos retobe y nos arroje al medio del océano, o hasta que la manta de Gaspar se nos pegue a la cara y nos impida respirar. En ese caso, abriremos los ojos con la respiración acelerada y la frente repleta de sudor; cambiaremos una y otra vez de posición y trataremos de volver a encontrar un poco de calma. En el camino, los polvos de colores volverán a ponerse en acción. Conjeturas, construcciones y desestructuraciones. Nuevos miedos y nuevas frustraciones. Nuevas historias, nuevos deseos. Buenas noches. Que descansen. Hasta mañana. Good night.

3 comentarios:

Stella M. Alonso dijo...

Que linda imagen....

Trasmite paz.

Besos

Unknown dijo...

me encantó tu mirada del pensamiento!

Pafuncia González dijo...

Ommmm..