miércoles, 10 de noviembre de 2010

INICO DE LA JORNADA LABORAL

A las cinco de la mañana, Pafuncia González escucha el despertador, interrumpe abruptamente el sueño, se remueve entre las sábanas, estira el brazo y trata de atrapar el celular; apaga la alarma y, aunque mentalmente planea seguir durmiendo, media hora más tarde, Pafuncia González entra a su oficina con marcas de la almohada incrustadas en la piel, y restos de lagañas secas colgando de sus largas pestañas.

1 comentario:

Pafuncia González dijo...

Mmmm...No, es absolutamente textual-