INICO DE LA JORNADA LABORAL
A las cinco de la mañana, Pafuncia González escucha el despertador, interrumpe abruptamente el sueño, se remueve entre las sábanas, estira el brazo y trata de atrapar el celular; apaga la alarma y, aunque mentalmente planea seguir durmiendo, media hora más tarde, Pafuncia González entra a su oficina con marcas de la almohada incrustadas en la piel, y restos de lagañas secas colgando de sus largas pestañas.
1 comentario:
Mmmm...No, es absolutamente textual-
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